Mark Ritchie, profesor de biología de la Universidad de Syracuse, ofrece la siguiente explicación:
Los hipopótamos segregan un fluido aceitoso de color rojizo que a veces se llama «sudor de sangre» desde unas glándulas especiales de su piel. Pero este líquido no es sudor. A diferencia del sudor, que algunos mamíferos (incluidos los humanos) segregan sobre su piel, donde se evapora y, por tanto, enfría el cuerpo, este fluido funciona como hidratante de la piel, repelente del agua y antibiótico. Aparece de color rojo cuando se expone a plena luz del sol, lo que llevó a los primeros descubridores europeos en África a llamarlo «sudor de sangre».
Los hipopótamos tratan de evitar la luz solar directa tumbándose en el agua durante el día y alimentándose por la noche. Su piel es muy sensible tanto a la desecación como a las quemaduras solares, por lo que la secreción actúa como un ungüento cutáneo automático. También protege la piel para que no se encharque cuando un hipopótamo está en el agua. La composición química detallada de esta secreción, única en los hipopótamos, sigue siendo un misterio.