Una serie de ingeniosos experimentos sobre el «tercer ojo» de los reptiles ha confirmado que los lagartos utilizan este parche de células sensibles a la luz como una brújula calibrada por el sol.
Para comprobar cómo el tercer ojo -técnicamente conocido como ojo parietal- les ayuda a orientarse, los biólogos de la Universidad italiana de Ferrara entrenaron primero a las lagartijas italianas para que nadaran desde el centro de una pequeña piscina exterior hasta un saliente oculto en su borde. Se colocó una valla alrededor de la piscina para que el único punto de referencia visual fuera la posición del sol. Los lagartos superaron la prueba.
Los investigadores pusieron a continuación grupos de lagartos en tres salas iluminadas artificialmente durante una semana. En la sala de control, las luces se iluminaban y atenuaban en sincronía con la subida y bajada del día. Las luces de las otras habitaciones se desincronizaron, lo que provocó que los relojes corporales de los lagartos se aceleraran o ralentizaran artificialmente en seis horas.
Cuando se les puso a prueba en la piscina, sólo los lagartos del grupo de control pudieron encontrar la cornisa. Dependiendo del estado de su reloj corporal, los demás nadaron demasiado a la izquierda o a la derecha, como sería de esperar si hubieran utilizado el sol para navegar y ahora estuvieran confundidos por la disyuntiva entre la ubicación del sol y donde esperaban que estuviera.
Finalmente, los investigadores cubrieron los terceros ojos de los lagartos con pintura o -en una iteración posterior, más espantosa- les quitaron el tercer ojo por completo. En ambos casos, los lagartos nadaron en direcciones aleatorias, sin poder navegar en absoluto.
Los hallazgos, publicados el pasado viernes en el Journal of Experimental Biology, refuerzan la teoría del tercer ojo como brújula, al menos en los lagartos. Los ojos también se encuentran en algunas especies de anfibios y peces. Si funciona igual en los peces, eso podría ayudar a explicar parte de su destreza de navegación.
Los humanos también tienen una versión del sistema del tercer ojo. Por desgracia para los excursionistas y los conductores, está situado bajo nuestros cráneos. Es esencial para el procesamiento espacial, pero no es de mucha ayuda si te pierdes.
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*Citación: «Orientación de los lagartos en un laberinto acuático de Morris: papel de la brújula solar y del ojo parietal». Por Augusto Foà, Francesca Basaglia, Giulia Beltrami, Margherita Carnacina, Elisa Moretto y Cristiano Bertolucci. Journal of Experimental Biology, Vol. 212 Número 18, 15 de septiembre de 2009. *
Imagen: Red Hand Records
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