Diagnóstico
El diagnóstico se apoya en los hallazgos histopatológicos de una dermatitis de interfase rica en linfocitos, con apoptosis y cambios hidrópicos de los queratinocitos basales.
Tratamiento
La remisión puede lograrse con dosis inmunosupresoras de prednisolona y mantenerse utilizando la menor dosis y frecuencia posible del fármaco. Otros fármacos inmunosupresores como la azatioprina, la ciclosporina y el micofenolato mofetilo son alternativas a tener en cuenta.
Lupus eritematoso cutáneo vesicular
El LECV se observa en los perros pastores de Shetland, los Collies y sus cruces, lo que sugiere que existe una fuerte predisposición genética. Los perros afectados son principalmente de mediana edad o mayores. La mayoría de los casos parecen tener un inicio en verano, lo que sugiere que la exposición a la luz ultravioleta puede ser un factor desencadenante.
Signos clínicos
Es una enfermedad no pruriginosa y en las primeras etapas se observa eritema y vesículas; sin embargo, se desprenden rápidamente dejando una dermatitis erosiva y ulcerosa. La distribución es principalmente ventral y afecta a las axilas, el abdomen, la ingle y la cara medial de los muslos. Las lesiones suelen estar dispuestas en configuraciones serpiginosas o policíclicas. Algunos perros pueden mostrar ulceración en las uniones mucocutáneas y en la cavidad oral. Las infecciones bacterianas secundarias son frecuentes.
Diagnóstico
Además de la historia y los signos clínicos, el diagnóstico se apoya en la presencia de una dermatitis de interfase rica en linfocitos con degeneración hidrópica de los queratinocitos basales y apoptosis que se observa como hendiduras intrabasales y vesiculación.
Tratamiento
Se han descrito respuestas a dosis inmunosupresoras de prednisolona (2mg/kg q24h), ciclosporina (5mg/kg q24h) y azatioprina (2mg/kg q24h). El mérito de cada fármaco debe evaluarse caso por caso. Es importante evitar la luz solar en el tratamiento de la enfermedad.
Resumen
El lupus eritematoso cutáneo engloba un grupo de enfermedades cutáneas autoinmunes, de las cuales el lupus eritematoso discoide es la más probable que se encuentre en la práctica general.
Existen fuertes predisposiciones genéticas y de raza para las enfermedades. El diagnóstico basado en la historia y el examen clínico debe confirmarse mediante el examen histológico de los tejidos afectados. Requieren un tratamiento a largo plazo con fármacos inmunosupresores tópicos y/o sistémicos, por lo que se recomienda un seguimiento cuidadoso.