Lupus y cáncer

El lupus eritematoso sistémico («lupus» o «LES») y otras enfermedades autoinmunes están relacionadas con un mayor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. En concreto, los pacientes con lupus pueden experimentar un riesgo elevado de linfoma y otros cánceres, como el de cuello de útero. Los investigadores han dilucidado ciertas conexiones entre el lupus y el cáncer. Por ejemplo, está ampliamente aceptado que los medicamentos inmunosupresores, como la azatioprina (Imuran) y el micofenolato mofetilo (Cellcept), contribuyen a elevar el riesgo de cáncer. Sin embargo, uno de los mayores estudios realizados para investigar esta conexión sugiere que el riesgo de cáncer es en realidad mayor durante las primeras fases del lupus, lo que indica que la exposición al tratamiento inmunosupresor no es el único vínculo entre el lupus y el cáncer. Los médicos aún no comprenden la relación precisa entre el lupus y el cáncer.

Lupus y linfoma

Los estudios muestran un mayor riesgo de linfoma de Hodgkin y de linfoma no Hodgkin en los pacientes con lupus. Se cree que el elevado riesgo de linfoma es el resultado del proceso de la enfermedad del lupus -específicamente la sobreestimulación de las células B junto con defectos en el sistema de vigilancia del sistema inmunitario- y no sólo de los medicamentos u otros factores de riesgo asociados. Algunos sugieren que los medicamentos inmunosupresores también aumentan el riesgo de linfoma y otros cánceres de la sangre, especialmente 5 o más años después de tomar el medicamento. Además, las personas con síndrome de Sjogren, que es relativamente común en el lupus, experimentan una elevación aún mayor del riesgo de linfoma, lo que sugiere que el linfoma en los pacientes con lupus también puede estar relacionado con esta enfermedad.

Lupus y cáncer de mama

Algunos datos indican que las mujeres con lupus experimentan un mayor riesgo de cáncer de mama. El aumento de los niveles de estrógeno podría contribuir a un mayor riesgo de cáncer de mama en las mujeres con lupus.

Lupus y cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón es aproximadamente 1,4 veces más frecuente en las personas con lupus que en la población general. Curiosamente, las personas con lupus y cáncer de pulmón son más propensas a experimentar tipos raros de cáncer de pulmón. Sin embargo, al igual que la población general, muchas de las personas con lupus que desarrollan cáncer de pulmón son fumadores. De hecho, el 85% de los cánceres de pulmón están causados por el tabaco. Es muy importante que las personas con lupus no fumen. Fumar no sólo aumenta la posibilidad de desarrollar cáncer de pulmón, sino que también aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (que también aumentan notablemente en las personas con lupus), e impide que los medicamentos para el lupus, como Plaquenil, funcionen correctamente. Si necesita ayuda para dejar de fumar, hable con su médico. Él/ella puede ayudarle a encontrar la estrategia más eficaz para frenar su hábito de fumar.

Lupus y cáncer de cuello de útero

Ciertos estudios han demostrado un riesgo elevado de cáncer de cuello de útero y de pruebas de Papanicolaou anormales en mujeres con lupus. Un estudio relacionó la mayor incidencia de pruebas de PAP anormales con los antecedentes de enfermedades de transmisión sexual, el uso de anticonceptivos y los medicamentos inmunosupresores. Algunos médicos sugieren que el uso de inmunosupresores o una inmunidad inherente defectuosa conducen a una disminución de la capacidad de los pacientes con lupus para combatir el virus del papiloma humano (VPH), un virus asociado al cáncer de cuello uterino. Sin embargo, al igual que gran parte de nuestros conocimientos sobre el cáncer en el lupus, estas conexiones no se conocen ni se comprenden del todo.

Lupus y cáncer de endometrio

Nuevas pruebas sugieren que las pacientes con lupus también experimentan una incidencia elevada de cáncer de endometrio, aunque se desconoce la causa de este riesgo.

Los AINE y el cáncer

Se ha descubierto que las personas con Artritis Reumatoide, otra enfermedad autoinmune, experimentan una menor incidencia de cáncer colorrectal que la población general. Aunque se desconoce la causa exacta de este fenómeno, se ha atribuido al uso a largo plazo (10 años o más) de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y aspirina. También se han encontrado pruebas de que el uso a largo plazo de aspirina y AINE puede reducir también el riesgo de cáncer colorrectal, de mama y de próstata en la población general. Es probable que este beneficio también sea válido para las personas con lupus, pero eso no significa que se deba empezar a tomar aspirina y AINE por este motivo. De hecho, el uso de AINE a largo plazo puede aumentar las enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, sólo debe tomar medicamentos según las indicaciones de su médico.

La importancia de las revisiones periódicas del cáncer

A pesar del mayor riesgo de cáncer en las personas con lupus, los estudios muestran que los pacientes con lupus son en realidad igual o incluso menos propensos que la población general a someterse a revisiones del cáncer. Por lo tanto, es muy importante que hable con su médico sobre el lupus y el cáncer para asegurarse de que acude a los médicos adecuados para someterse a las pruebas de detección del cáncer con la frecuencia recomendada.

Hábitos saludables

Ciertos factores de riesgo, como el tabaquismo, la obesidad, la terapia de sustitución hormonal y la exposición a medicamentos inmunosupresores, aumentan la probabilidad de que una persona desarrolle cáncer. Por lo tanto, también es importante que practique hábitos de vida saludables. La obesidad también aumenta el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, por lo que hay que intentar consumir alimentos que ayuden a mantener un peso saludable.

La luz del sol provoca brotes de lupus y también aumenta el riesgo de cáncer de piel. Las personas con lupus deben evitar el sol siempre que sea posible. Si tiene que estar al aire libre, utilice un protector solar con un FPS de 85 o superior y asegúrese de que su protector solar contiene Helioplex para protegerle tanto de los rayos UV-A como de los UV-B.

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