Modelos de toma de decisiones

Existen varios modelos de toma de decisiones:

Modelo de racionalidad económicaEditar

Este modelo proviene de los modelos economistas clásicos, en los que el decisor es perfecta y completamente racional en todos los sentidos. En él se suponen las siguientes condiciones.

1. La decisión será completamente racional en el sentido de los fines de los medios.
2. Existe un sistema de preferencias completo y consistente que permite elegir entre alternativas.
3. Hay un conocimiento completo de todas las alternativas posibles
4. Los cálculos de probabilidad no son ni aterradores ni misteriosos
5. No hay límites a la complejidad de los cálculos que se pueden realizar para determinar las mejores alternativas

Según Kuwashima (2014, p. 1) en el contexto de la toma de decisiones organizativas, el decisor aborda el problema de forma únicamente objetiva y evita toda subjetividad. Además, la teoría de la elección racional gira en torno a la idea de que cada individuo intenta maximizar su propia felicidad o satisfacción personal obtenida de un bien o servicio. Esta idea básica conduce al modelo de decisión «racional», que se utiliza a menudo en el proceso de toma de decisiones. (Bergmiller, McCright y Weisenborn 2011, p.2)

Modelo socialEditar

En el extremo opuesto al modelo de racionalidad económica está el modelo social extraído de la psicología. Sigmund Freud consideraba al ser humano como un conjunto de sentimientos, emociones e instintos, con un comportamiento guiado por sus deseos inconscientes. Estos procesos tienen incluso un impacto en el ámbito internacional, ya que proporcionan algunas reglas básicas de protocolo.

Modelo de racionalidad limitada de SimonEditar

Para presentar una alternativa más realista al modelo de racionalidad económica, Herbert Simon propuso un modelo alternativo. Consideró que el comportamiento de los directivos en la toma de decisiones podría describirse de la siguiente manera:

1. Al elegir entre alternativas, el directivo intenta satisfacer o busca la que sea satisfactoria o «suficientemente buena». Ejemplos de criterios de satisfacción serían el beneficio adecuado o la cuota de mercado y el precio justo.
2. Reconocen que el mundo que perciben es un modelo drásticamente simplificado del mundo real. Se conforman con la simplificación porque creen que el mundo real está mayoritariamente vacío de todos modos.
3. Debido a que satisfacen en lugar de maximizar, pueden tomar sus decisiones sin determinar primero todas las alternativas de comportamiento posibles y sin comprobar que éstas son todas las alternativas.
4. Los directivos tratan el mundo como algo vacío, son capaces de tomar decisiones con simples reglas generales. Estas técnicas no imponen exigencias imposibles a su capacidad de pensamiento.

Modelo neurocientífico (neurocognitivo)

En la neurociencia cognitiva la toma de decisiones se refiere al proceso cognitivo de evaluar una serie de posibilidades, y seleccionar la más apropiada para llevar adelante un objetivo, o tarea específica. Esta facultad es un componente fundamental de las funciones ejecutivas, aunque estudios recientes demuestran que está implicada una compleja red cerebral que incluye áreas motoras.

IncrementalismoEditar

Mientras que el modelo de toma de decisiones racional puede ser muy exigente en cuanto al alcance y coste de la recogida de información y el posterior cálculo, el modelo de incrementalismo, también conocido como incrementalismo desarticulado, se centra en las limitadas capacidades cognitivas de los decisores. En el modelo incrementalista, el responsable de la toma de decisiones sólo se concentra en aquellas políticas que se distinguen de forma incremental de las existentes. Esto conduce a un número reducido de alternativas políticas, que se evalúan según un número restringido de criterios. En consecuencia, el proceso se hace más manejable para el responsable de la toma de decisiones