Nefrectomía parcial robótica/laparoscópica para el cáncer de riñón
Los cirujanos de Stanford están utilizando tecnología de vanguardia para realizar la nefrectomía parcial robótica, un delicado procedimiento utilizado para tratar el cáncer de riñón. El robot permite al cirujano tener una visión tridimensional (3-D) del campo quirúrgico, con un aumento muy superior, hasta 15 veces mayor que el del ojo humano. Se utilizan finos instrumentos articulados, bajo el mando del cirujano, para extirpar con precisión sólo el tumor y preservar el riñón restante. La cirugía puede realizarse mediante incisiones muy pequeñas, lo que disminuye en gran medida el tiempo de recuperación, reduce el dolor y minimiza las cicatrices. Esto permite que los pacientes vuelvan a su vida cotidiana con un mínimo de molestias, a pesar de haberse sometido a una cirugía mayor.
Ventajas de la nefrectomía parcial robótica
Los especialistas en riñón están comprendiendo cada vez mejor los beneficios de la nefrectomía parcial. No sólo disminuye el riesgo de una futura insuficiencia renal, sino que también puede mejorar la salud de otras maneras, como en la prevención de futuras enfermedades cardiovasculares. Aunque la cirugía es técnicamente más difícil, los cirujanos de Stanford tienen una amplia experiencia en la realización de nefrectomías parciales robóticas, con una baja tasa de complicaciones. Los investigadores de Stanford han (enlace aquí) demostrado que hay una mejor calidad de vida debido a la disminución del riesgo de otras condiciones comórbidas, y han demostrado una seguridad y unos resultados equivalentes a los de los procedimientos tradicionales.
¿Cómo se realiza el procedimiento?
En Stanford, se utilizan varias herramientas para asegurar la eliminación completa del tumor. En primer lugar, se utiliza la ecografía intraoperatoria para confirmar la localización del tumor y ayudar a guiar la resección mediante la obtención de imágenes precisas del tumor con una sonda de ultrasonidos. Se utiliza un tinte especial para ayudar a diferenciar el tumor del riñón normal y garantizar que se salve la mayor cantidad posible de riñón normal. Cuando se extirpa el tumor, se envía al patólogo para asegurarse de que se ha extirpado todo el tumor y que no queda ningún tumor residual en el riñón antes de completar la cirugía.
Nefrectomía radical laporascópica o abierta
En ocasiones, no todos los tumores renales son susceptibles de preservar el riñón, normalmente debido al tamaño del tumor, pero también a su localización. En estas situaciones, el tratamiento recomendado es la nefrectomía radical laparoscópica (extirpación de todo el riñón) o una nefrectomía radical abierta. La mayoría de los tumores son susceptibles de ser extirpados con medios laparoscópicos, pero el tamaño total del tumor puede influir en la capacidad de extirpar con éxito el riñón con enfoques mínimamente invasivos.