Los piratas no habían capturado un barco con bandera estadounidense desde la década de 1820 hasta el 8 de abril de 2009, cuando el MV Maersk Alabama fue secuestrado frente a la costa de Somalia. Este sonado incidente atrajo la atención mundial sobre el problema de la piratería en las aguas del Cuerno de África, que comúnmente se creía cosa del pasado.
Décadas de inestabilidad en Somalia y la consiguiente falta de vigilancia en sus aguas territoriales condujeron a un resurgimiento de la piratería en la región que alcanzó su punto álgido a finales de la década de 2000. Un día antes del ataque, el Maersk Alabama recibió una advertencia del gobierno de Estados Unidos para que se mantuviera al menos a 600 millas de la costa de Somalia, pero el capitán Richard Phillips mantuvo el barco a unas 240 millas de la costa, decisión que fue criticada posteriormente por miembros de su tripulación. El 8 de abril, la tripulación vio que un esquife con cuatro piratas armados se acercaba al barco y puso en marcha el protocolo correspondiente. El jefe de máquinas Mike Perry llevó a la mayor parte de la tripulación a una sala de seguridad y consiguió empantanar la embarcación de los piratas haciendo girar el timón de su barco, pero los piratas pudieron, no obstante, abordar y tomar a Phillips como rehén. Después de que uno de ellos resultara herido luchando con la tripulación del barco, los otros tres piratas huyeron en un bote salvavidas, llevándose a Phillips con la esperanza de utilizarlo como moneda de cambio.
A principios de la mañana siguiente, el destructor USS Bainbridge y otro buque de la Marina estadounidense llegaron al lugar. Lo que siguió fue un enfrentamiento de tres días, con los piratas reteniendo a Phillips en el bote salvavidas. Los intentos de negociar fracasaron, y en un momento dado los piratas dispararon (inofensivamente) al destructor. Finalmente, el 12 de abril, con la autorización del recién estrenado presidente Barack Obama, los francotiradores de los SEAL de la Marina abrieron fuego contra el bote salvavidas. En un impresionante alarde de precisión, los SEALS, disparando desde la cubierta del barco a través de las ventanas de la pequeña embarcación, alcanzaron a los tres piratas en la cabeza, matándolos, mientras dejaban a Phillips ileso.
El pirata superviviente, Abduwali Muse, fue detenido y posteriormente condenado a más de 33 años de prisión en Estados Unidos -aunque fue juzgado como adulto, tanto él como los otros secuestradores eran al parecer adolescentes en el momento del ataque. El incidente recibió la atención internacional, y llevó el problema de la piratería moderna a la atención de muchas personas por primera vez. La historia de Phillips se convirtió en una película protagonizada por Tom Hanks. La piratería siguió siendo un problema en la región: el propio Maersk Alabama fue objeto de otros cuatro ataques piratas entre 2009 y 2011, cada uno de los cuales fue repelido por equipos de seguridad armados.