Aunque es perfectamente normal que los perros se rasquen y muerdan sus extremidades de vez en cuando como forma de aliviar un picor, los dueños deben tener cuidado con los mordiscos excesivos que pueden ser perjudiciales. Esto suele significar que su perro se rasca y muerde con más frecuencia en general o que presta una atención sospechosa a una parte determinada de su cuerpo, como la pata. Dependiendo de los otros factores, puede intentar determinar cuál puede ser la razón subyacente, sin embargo, siempre es mejor dejar el diagnóstico a los veterinarios.
Si nota que su perro se muerde con más frecuencia durante la época de invierno, la causa de sus impulsos podría ser posiblemente la piel seca que puede llegar a picar bastante. El clima frío y seco puede hacer que la piel de su perro se irrite, se vuelva escamosa y desarrolle caspa. Considere la posibilidad de cepillar el pelo de su perro con más frecuencia durante la temporada de invierno para estimular la producción de grasa de la piel y extenderla a lo largo del pelaje para evitar la sequedad. Y lo que es más importante, consulte a su veterinario sobre posibles cambios en la dieta de su perro o la inclusión de suplementos de ácidos grasos esenciales en ella.
Otra razón común por la que los perros se muerden las patas es porque tienen pulgas o garrapatas. Esto es especialmente más probable en las estaciones más cálidas, pero también puede desarrollarse durante todo el año. Las pulgas y las picaduras de bichos son más difíciles de detectar, pero los propietarios pueden comprobar si hay garrapatas y hacer que se las quiten si las descubren. Los propietarios deben prestar especial atención al enrojecimiento y a cualquier «zona caliente» o «punto caliente», que no son más que las zonas doloridas e irritadas causadas por las mordeduras persistentes.
Las alergias son otra causa potencial del rascado y las mordeduras. Mientras que algunos perros están genéticamente predispuestos a desarrollar alergias, otras pueden ser desencadenadas por el entorno. Alrededor del 10% de las alergias caninas están relacionadas con la comida, así que asegúrese de que su amigo peludo ha pasado recientemente por el cubo de la basura o ha comido algo fuera de su dieta habitual. Los desencadenantes más comunes de las alergias alimentarias y ambientales son el trigo, los productos lácteos, el polen o el moho, por lo que su perro debe mantenerse alejado de ellos, aunque debe consultar al veterinario en caso de que le preocupe.