La evolución lo explica: las puntas de los dedos arrugadas nos dan un mejor agarre en las cosas mojadas. Como si fueran guantes de tracción incorporados.
He aquí un dato para la cena. Si remojaras una mano cortada en un cubo de agua, no desarrollaría dedos de ciruela pasa. Así es, porque la arruga de los dedos en forma de ciruela es una respuesta del sistema nervioso, no sólo un resultado osmótico de nuestra piel que absorbe agua como una patata mojada.
Lo sabemos desde hace tiempo, pero hasta esta semana no sabíamos exactamente por qué existía esa respuesta autonómica.
El artículo de la revista de 2011 «¿Son los dedos de los primates arrugados por la humedad las huellas de la lluvia?» sugería que los dedos de las ciruelas pasas funcionan como los neumáticos de los coches. Las arrugas canalizan el agua de nuestros dedos, por lo que conseguimos una mejor tracción en las cosas que queremos sujetar. Pero esa era sólo su teoría por su aspecto; en realidad no probaron que funcionara.
Esta semana, una investigación publicada en la revista Biology Letters, demostró que las personas con dedos arrugados por el agua eran, en efecto, más rápidas a la hora de coger canicas mojadas.
Así que, tal y como la evolución lo indica, nuestros antepasados que no eran tan buenos recogiendo canicas tenían menos probabilidades de ser elegidos como parejas adecuadas y de transmitir sus genes. O, en realidad, los que no eran tan buenos pescando con la mano y cavando almejas y ese tipo de cosas después de que sus manos estuvieran todas húmedas y resbaladizas; no prosperarían ni se reproducirían. Los que tenían los dedos de las manos, mientras tanto, prosperaban y se daban un festín y eran los eminentemente deseables.
Nuestros dedos de los pies también se arrugan en el agua; no lo olvides. (¿Te has olvidado de los dedos de los pies?) Los investigadores deducen que el arrugamiento de los dedos de los pies es, igualmente, para ayudarnos a conseguir tracción cuando caminamos/corremos sobre superficies mojadas. Lo cual es interesante, porque todavía no somos tan buenos en eso.