La mayoría de los propietarios de perros saben que no se puede dejar a una mascota en un coche caliente. Las temperaturas pueden subir a niveles peligrosos en sólo unos minutos, poniendo a su perro en riesgo de sufrir un golpe de calor. Pero, ¿y si abre un poco la ventanilla? ¿Es seguro dejar al perro en el coche? La respuesta es sencilla: NUNCA debe dejar a un perro solo en el coche, ni siquiera con las ventanillas abiertas. En algunos estados, es incluso ilegal.
Las ventanas abiertas no mantienen a los perros seguros
No tiene que hacer mucho calor fuera para que tu coche se caliente. El interior de un vehículo aparcado a 70 grados puede alcanzar los 100 grados en sólo 20 minutos. En días muy calurosos, las temperaturas en el interior de los coches aparcados pueden subir hasta los 140 grados Fahrenheit en menos de una hora.
Según la Asociación Médica Veterinaria Americana (AVMA), los estudios han demostrado que abrir una ventana cambia muy poco estas cifras. Un coche aparcado con las ventanillas rajadas se calienta casi al mismo ritmo que un coche con las ventanillas subidas, poniendo a las mascotas en grave peligro.
Seguridad en el coche para perros
Todos los perros son susceptibles de sufrir un golpe de calor. Sin embargo, las razas braquicéfalas (perros que tienen un cráneo relativamente ancho y corto) que no toleran el calor, como los Pugs y los Bulldogs, podrían sufrir los efectos negativos antes que otras razas. Si sabe que va a viajar con su perro, haga planes para viajar con otro adulto que pueda permanecer en el vehículo con él mientras el aire acondicionado esté funcionando. Esto le mantendrá a salvo, y también reducirá el riesgo de que su perro salte por una ventana abierta en una parada de descanso o en un aparcamiento.
Cientos de mascotas mueren por golpes de calor relacionados con el coche cada año. El tema es tan importante que 28 estados tienen leyes que restringen a las personas de dejar a sus mascotas desatendidas en los vehículos. Algunas leyes prohíben directamente esta práctica, mientras que otras protegen a los agentes de la ley y a los ciudadanos si entran en los coches para rescatar a las mascotas.
Enseñar a tu perro a salir del coche correctamente también es fundamental para su seguridad. Después de salir del coche, puede caminar hasta la puerta más cercana a su perro y darle una orden clara cuando sea el momento de salir. Enseñar la orden de «espera» puede darte más control.
Otros riesgos para los perros que viajan en vehículos
La mejor manera de mantener a tu perro seguro en un vehículo en movimiento es utilizar un arnés, un transportín o una jaula. Busque equipos que hayan sido sometidos a pruebas de choque y certificados por el Centro para la Seguridad de las Mascotas. Sin una sujeción adecuada, los perros pueden subirse a su regazo y restringir su visión del tráfico, acercarse y bloquear el pedal del freno o del acelerador, y resultar gravemente heridos por un airbag o ser lanzados contra el parabrisas en caso de accidente o parada repentina.
Los perros que sacan la cabeza por la ventanilla abierta también corren peligro. Pueden producirse lesiones en los ojos, los oídos, la cara y la boca a causa de objetos transportados por el aire o arbustos y ramas. Los perros sin sujeción en las ventanas abiertas corren el peligro de caerse si hay una colisión o un giro brusco, e incluso pueden decidir saltar si ven algo que quieren perseguir. Un perro que viaja en la plataforma de una camioneta también corre el riesgo de ser golpeado por objetos en el aire, de caer de la camioneta o de saltar fuera.
Así que si te diriges a hacer recados que realmente no implican ninguna actividad divertida para tu perro, es posible que quieras considerar dejarlo a salvo en casa.
Collar de enlace AKC
A medida que avanza el verano, el riesgo de golpe de calor, tanto dentro como fuera de los coches, aumenta. Mantente al tanto de las altas temperaturas con el collar AKC Link. Este collar inteligente te envía una alerta cuando tu perro se expone a temperaturas demasiado calientes o demasiado frías para él, ayudándote a mantenerlo a salvo, sin importar dónde esté.