La secuenciación de genes revela que tenemos más en común con los plátanos, los pollos y las moscas de la fruta de lo que cabría esperar.
Desde hace tiempo sabemos que estamos estrechamente relacionados con los chimpancés y otros primates, pero ¿sabías que los humanos también compartimos más de la mitad de nuestro material genético con los pollos, las moscas de la fruta y los plátanos?
Desde que el genoma humano fue secuenciado por primera vez en 2003, el campo de la genómica comparativa ha revelado que compartimos ADN común con muchos otros organismos vivos, sí, incluyendo nuestra fruta amarilla pelada favorita.
Una receta de proteínas
Casi todos los seres vivos vienen con un manual de instrucciones, su genoma, que les dice cómo crecer, construirse y funcionar. Estas instrucciones están formadas por el ADN que indica al organismo cómo fabricar moléculas de proteínas. Y las proteínas nos hacen ser quienes somos. Determinan las características físicas, como el color de los ojos y del pelo, y comprenden sustancias esenciales para la vida, como enzimas, anticuerpos y hormonas.
Al secuenciar el genoma completo de varios organismos, como la levadura, el arroz y las ranas, los investigadores han descubierto que todos los seres vivos de nuestro planeta tienen algunas similitudes en sus manuales de instrucciones. El solapamiento existe porque todos evolucionamos a partir de un ancestro común, un organismo unicelular que vivió hace tres o cuatro mil millones de años, conocido como el último ancestro común universal (LUCA). Muchos de estos genes comunes se han conservado a lo largo de miles de millones de años de evolución.
El estudio de nuestros genes comunes a otros organismos nos está ayudando a entender mejor lo que nos hace singularmente humanos, así como a comprender los fundamentos genéticos de las enfermedades.
Siga leyendo para ver el parecido genético que tenemos con estos seres vivos:
Chimpancé: 96 por ciento idéntico
Al estudiar los genomas de los chimpancés (que después de los bonobos son nuestros antepasados vivos más cercanos), los investigadores esperan entender qué nos hace únicamente humanos. Aunque todavía no tenemos esa respuesta, estudios recientes muestran que ciertos genes, y partes del ADN que regulan la expresión de los genes, explican la mayor complejidad y tamaño del cerebro humano.
Pollo: 60 por ciento idéntico
Mapeando el genoma del ave selvática roja, un descendiente moderno de los dinosaurios, los investigadores han obtenido más información sobre las diferencias genéticas entre aves y mamíferos. También se descubrieron algunas similitudes potenciales sorprendentes: los genes que codifican las proteínas que se encuentran en las cáscaras de los huevos y los huesos de las gallinas pueden tener algunos homólogos relacionados con la calcificación de los huesos en los mamíferos. Y el gen de varias proteínas de la respuesta inmunitaria, como la interleucina 26, que hasta ahora se consideraba específica de los mamíferos, también se encontró en los pollos.
Plátano: más de un 60 por ciento de similitudes
Muchos de los genes «domésticos» necesarios para la función celular básica, como la replicación del ADN, el control del ciclo celular y la ayuda a la división de las células, se comparten entre muchas plantas (incluido el plátano) y los animales.
Mosca de la fruta: 60 por ciento de identidad
Hay una razón por la que las moscas de la fruta se encuentran entre los insectos más estudiados. Estas diminutas criaturas aladas comparten genes comunes para muchos procesos biológicos relacionados con el crecimiento y el desarrollo. De hecho, casi el 75 por ciento de los genes que causan enfermedades en los humanos también se encuentran en las moscas de la fruta, lo que las convierte en buenos modelos para el estudio de las enfermedades humanas.