¿Quées diferente en el jardín de infancia?

Su hijo tiene muchas cosas maravillosas que esperar en el jardín de infancia. Va a ir a la escuela «grande», va a hacer nuevos amigos, y tal vez incluso va a viajar en el autobús escolar. Para prepararle (y prepararle a usted) para la gran mudanza, es útil saber en qué se diferencia el jardín de infancia del preescolar o de la guardería. Esto es lo que puedes esperar:

1. Un edificio más grande con más niños
Los jardines de infancia suelen estar ubicados en escuelas primarias del barrio. Habrá pasillos y escaleras más largos que recorrer y, muy probablemente, niños mayores en el edificio. Las clases serán más grandes, a menudo con el doble de estudiantes que el aula de preescolar.
Pasos de preparación:

  • Dar charlas de ánimo. Diga cosas como: «¡Tienes mucha suerte! Te toca ir a la escuela grande!». Explícale algunas de las próximas aventuras, como ir al gimnasio o llevar una fiambrera. Háblale de las nuevas personas que conocerá, como la enfermera del colegio, la bibliotecaria y los monitores de recreo.
  • Pasea por el colegio durante el verano. Señale los baños, los cubículos, la cafetería y el patio de recreo. Anime a su hijo a compartir sus preocupaciones y preguntas. Asegúrese también de asistir a las orientaciones del jardín de infancia o a los talleres de seguridad en el autobús.
  • Concierte citas de juego en verano. Si su hijo no ha estado en el preescolar o en la guardería, es importante darle experiencias de grupo durante el verano. Los campamentos de día, las actividades recreativas de la comunidad y los programas de bibliotecas y museos ofrecen grandes oportunidades de socialización.
    • 2. Mayor responsabilidad
      La autonomía es fundamental en el jardín de infancia. Como hay menos atención personalizada, se espera que su hijo sea capaz de ponerse la chaqueta, abrocharse los zapatos y la mochila, abrir el almuerzo y las cajas de zumo e ir al baño por sí mismo. El horario es más estructurado que en el preescolar o la guardería, y las expectativas de comportamiento son altas. Su hijo debe ser capaz de permanecer sentado y concentrarse en el profesor, levantar la mano antes de hablar, moverse rápida y silenciosamente por el aula y los pasillos, y trabajar de forma cooperativa con los demás.
      Pasos de preparación:

      • Fomentar la independencia. Practique cómo subir la cremallera, abotonar, abrochar y ponerse y quitarse las chaquetas. Dele a su hijo ropa sencilla y fácil de manejar, como zapatillas de velcro, pantalones de cintura elástica y manoplas en lugar de guantes. Las clases harán visitas en grupo a los baños del pasillo, así que repasa los pasos de una buena higiene y el lavado de manos.
      • Pon a punto la capacidad de escuchar. Refuerce la importancia de no interrumpir. Establezca también rutinas consistentes y divida las tareas en pasos, como hacen los profesores de la guardería. Dé órdenes sencillas y en dos partes, como «Cuelga la chaqueta y pon las zapatillas en el armario». Si tu hijo se resiste a limpiar o a prepararse para ir a la cama, recuérdale el ritual preguntándole: «¿Qué tenemos que hacer?»
        • 3. Un plan de estudios más rápido
          Ahora se espera que los alumnos del jardín de infancia cumplan con los estándares que antes estaban reservados para los de primer grado. Al principio del año, su hijo debe saber escribir su nombre en letras mayúsculas y minúsculas, contar del uno al diez e identificar colores y formas básicas. Habrá menos juego libre que en preescolar, aunque el enfoque seguirá siendo la diversión. Los profesores utilizarán canciones y juegos para impartir lecciones de matemáticas, ciencias, estudios sociales y lengua. Otro gran cambio: los deberes. Su hijo probablemente tendrá unos 20 minutos por noche, normalmente una actividad de matemáticas o del alfabeto, escribir en un diario y escuchar su lectura en voz alta.
          Pasos de preparación:

          • Crear un lugar de estudio. Establezca un lugar para los deberes -ya sea un escritorio o la mesa del comedor- y guarde lápices, ceras, papel, tijeras y otros materiales en un lugar central. Esto ayuda a desarrollar las habilidades de organización necesarias para prosperar en el aula de preescolar.
          • Busca oportunidades de aprendizaje diario. En lugar de instruir a tu hijo en los números y las letras, deja que las lecciones se desarrollen de forma natural a través de cosas divertidas que hagáis juntos. Por ejemplo, cocinar desarrolla las habilidades matemáticas y de medición. Ordenar la ropa o los legos enseña a los niños a clasificar. Escribir en la arena refuerza la motricidad fina y el reconocimiento de las letras. Y lo más importante, acurrúquese y léale a su hijo todos los días. Los cuentos con rima y los poemas tontos son especialmente útiles porque hacen que los niños presten atención a los sonidos de las palabras, una habilidad esencial para la prelectura.

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