Reseña de Final Fantasy 7 Remake: El Final Fantasy más atrevido de la historia

Final Fantasy 7 Remake me ha mentido. No es Final Fantasy 7 rehecho. En su lugar, es Final Fantasy 7 reimaginado… y con audacia.

En la primera hora se introducen nuevos personajes y subtramas, y la elegante acción en tiempo real sustituye al combate por turnos por el que era conocido el original. Lo más atrevido es que el Remake que llega a las tiendas el 10 de abril no es el Final Fantasy 7 completo. Es la primera parte de la saga, que toma el primer acto del original de 1997 y lo convierte en un juego completo.

Esto puede parecer un negocio arriesgado si eres uno de los 11 millones de personas que jugaron al clásico de PlayStation 1. Pero el mayor elogio que puedo dedicar a este remake es que gustará a los que habéis esperado casi 15 años para jugarlo.

Si estás en ese grupo, esta reseña tiene poca importancia. Vas a comprar el juego pase lo que pase. Pero, ¿y si nunca has jugado al original? No pasa nada, esta es una zona libre de juicios. Todo lo que necesitas saber es que Final Fantasy 7 Remake se ve impresionante y se siente satisfactorio.

De cualquier manera, tienes que jugar a este juego.

Menos es más

El cambio más audaz del original al Remake es la división de un juego en muchos. No sabemos a lo largo de cuántas entregas se contará la historia de Final Fantasy 7, aunque el director Tetsuya Nomura dijo que ya se está trabajando en la segunda parte.

Independientemente, este sigue siendo un juego de Final Fantasy de larga duración; yo me entretuve un poco con las misiones secundarias y me pasé el juego en algo menos de 40 horas. Sin embargo, se desarrolla íntegramente en Midgar. Los fans del original se sentirán defraudados por no ver el Platillo Dorado, el Cañón Cosmo y otros lugares ilustres, pero este es un ejemplo de que menos es más.

Final Fantasy VII Remake es una distopía para nuestros tiempos. Gira en torno a Shinra, una gigantesca compañía eléctrica que extrae la fuerza vital (Mako) de la tierra y la convierte en energía. Al hacerlo, está matando lentamente el planeta. ¿Te resulta familiar? La propia Midgar está plagada de desigualdades de riqueza, dividida en dos secciones principales separadas por una enorme placa: Una ciudad moderna repleta de trajes en la parte superior y unos barrios marginales indigentes en la parte inferior.

Tú juegas como Cloud Strife, un antiguo miembro de la fuerza militar «Soldado» de Shinra. Ahora trabaja como mercenario y se une a un grupo ecoterrorista llamado Avalanche. Asqueado por la avariciosa destrucción del planeta por parte de Shinra, Avalanche se esfuerza por dar una lección a Shinra, haciendo estallar los reactores Mako. Obviamente.

Los lazos de la historia son similares a los del original, pero hay notables diferencias. Eso se hace evidente en el segundo capítulo, cuando te enfrentas a la presencia de misteriosos fantasmas camuflados. (Piensa en los dementores de Harry Potter.) Más significativo es el cambio de encuadre. En 1997, esta sección servía de preparación para que Sephiroth, el villano principal del juego, se llevara el protagonismo. Este no es el caso aquí.

Pasar las 40 horas en Midgar permite conocer mejor a varios personajes. La tecnología de 2020, que incluye los mejores modelos de personajes que he visto en un juego, también ayuda a ello. Wedge, un personaje secundario en el original, se convierte aquí en un personaje más sustancial y adorable, por ejemplo. Y los elementos de la historia que antes eran calentamientos para Sephiroth ahora se sienten como subtramas más legítimas.

Hay una compensación aquí. Aunque Midgar, Shinra y Avalanche merecen el protagonismo que reciben, el estrecho enfoque disminuye la escala épica del original. A pesar de ello, se siente como una parte reflexiva y sustancial de una historia mayor, exactamente lo que el primer juego de una serie debe ser.

Una vez que te adaptas a pensar en Final Fantasy 7 como una franquicia más que como un juego, 7 Remake se vuelve mucho más fácil de entender.

Eso no quiere decir que no haya problemas. El ritmo de la historia es inconsistente, especialmente hacia el final. También hay relleno artificioso: unas cuantas puertas cerradas requieren una cantidad llamativa de trabajo de campo para abrirlas, y un capítulo se alarga 20 minutos porque una rata roba una llave en un momento inoportuno. Los intentos de incluir elementos de la historia relacionados con Sephiroth, que en el original ocurrían casi por completo después de Midgar, son a veces torpes.

Pero a pesar de estos problemas, la increíblemente atrevida transición es casi en su totalidad un éxito.

Nueva era, nuevo combate

El combate de Final Fantasy 7 Remake también realiza con éxito una audaz transición. Square Enix ha tomado un título sinónimo de combate por turnos y lo ha convertido en un juego de acción en tiempo real fresco. Aun así, sigue habiendo cierto sabor a juego por turnos para avivar la nostalgia de los que jugaron al original.

Realizarás ataques regulares como lo harías en un juego como Devil May Cry o Kingdom Hearts. Pero cuando tu medidor de Tiempo Activo de Batalla (ATB) se llene -lo que hará después de que causes daño, recibas daño o bloquees daño- podrás ralentizar la batalla a tiempo de bala y lanzar magia, realizar habilidades, usar objetos y mucho más.

Es un sistema de combate gratificante y elegante. A veces te sentirás como el cazador de demonios definitivo mientras te abres paso como un Rambo a través de una horda. Otras veces tendrás que ser mucho más estratégico, ralentizando el combate en momentos concretos para aprovechar los patrones de ataque y las debilidades de los enemigos.

De nuevo, hay fallos. La cámara puede ser problemática. A menudo te costará ver a los enemigos fuera del campo de visión de tu personaje. Como la mayoría de los ataques enemigos interrumpen acciones como la curación y el uso de objetos, esto puede ser frustrante y a veces hace que las batallas se sientan impulsadas por la suerte.

El sistema de materias – orbes mágicos que se introducen en tus armas y armaduras, permitiéndote usar magia y otras habilidades – también se siente un poco fuera de lugar. La acción trepidante premia más los ataques que la estrategia en torno al lanzamiento de potenciadores a tu grupo o a infligir dolencias de estado a los enemigos. Como resultado, es probable que utilices una menor variedad de materias que en el original.

Independientemente, los desarrolladores han hecho muchas cosas bien aquí. La dificultad es la adecuada, obligándote a elaborar estrategias sin castigar a los jugadores con demasiada dureza. Las batallas contra los jefes son estimulantes de forma fiable. Y, como todo lo demás en el juego, el combate es visualmente maravilloso.

En cuanto a las apuestas arriesgadas, entre el combate y la historia, Square Enix va dos de dos aquí.

Una carta de amor

Final Fantasy 7 Remake es un espectáculo, fácilmente uno de los juegos más bonitos que he jugado. Pero las horas de trabajo que se han invertido en él son evidentes más allá de su destreza técnica. No se trata solo de lo atractivo que es el juego desde el punto de vista visual: Los entornos, desde el barrio rojo de Wall Market hasta los estériles reactores de Mako, están repletos de detalles y parecen vivir y respirar.

El cínico que hay en mí sospecha que Square Enix está dividiendo el juego en varias partes para poder disfrutar de varios días de pago. Pero es difícil preocuparse cuando la primera entrada está hecha con tanto cuidado y cariño.

Como todos los grandes lanzamientos de Final Fantasy, este juego se lanza con preguntas sobre su legado. ¿Hace justicia al original? Es tan bueno como los anteriores juegos rompedores de la franquicia? ¿Ha merecido la pena la espera de 15 años? Las dos primeras preguntas sólo podrán responderse en los próximos años, dependiendo en gran medida de lo bien que se elaboren las partes posteriores. La tercera pregunta es un sí rotundo.

Nuevo o viejo fan, Final Fantasy 7 Remake vale sus 60 dólares y algo más.