Síndromes hipereosinofílicos

¿Qué son los síndromes hipereosinofílicos?

Los síndromes hipereosinofílicos (HES) son un grupo de trastornos raros en los que se encuentra un alto número de eosinófilos en la sangre y en los tejidos, durante un periodo de tiempo prolongado (6 meses o más) para el que no se puede encontrar una causa. Mientras que la mayoría de las personas tienen niveles de eosinófilos en sangre inferiores a 500/ml, los que padecen HES suelen tener niveles en sangre superiores a 1.500/ml.

La presencia continua de un número elevado de eosinófilos en sangre puede acabar provocando daños en múltiples tejidos de los órganos, ya que estos eosinófilos se infiltran en diferentes tejidos y provocan inflamación. El HES puede afectar a cualquier órgano del cuerpo, incluyendo el estómago y los intestinos, el corazón, los pulmones, la piel y otros órganos.

Causas

La causa del HES es desconocida.

¿Quién está afectado?

Aunque tanto los hombres como las mujeres pueden estar afectados por el HES, la enfermedad se observa con más frecuencia en los hombres de 20 a 50 años. Aunque se diagnostica con más frecuencia en la edad adulta, también se ha diagnosticado en niños.

Síntomas

Los síntomas del HES pueden variar mucho, dependiendo de la parte del cuerpo que esté afectada. Los síntomas pueden incluir tos, fiebre, fatiga, dificultad para respirar y sibilancias. Los síntomas del HES también son comunes en muchos otros problemas médicos, como las enfermedades autoinmunes, las enfermedades alérgicas, el cáncer y las reacciones a los medicamentos, lo que hace que el HES sea más difícil de diagnosticar.

Diagnóstico

Dado que muchos problemas diferentes pueden causar un número elevado de eosinófilos en la sangre, un número de eosinófilos en la sangre superior al normal no significa por sí solo que un individuo tenga, o vaya a desarrollar, HES.

Se han desarrollado criterios que deben cumplirse para que un individuo sea diagnosticado de HES.

  1. Eosinofilia en sangre periférica (número elevado de eosinófilos en la sangre) más de 1500 eosinófilos, durante al menos seis meses.
  2. Afectación de órganos finales (corazón, pulmones, tracto gastrointestinal, cerebro, piel, etc.) con infiltración tisular de eosinófilos (invasión) y lesiones.
  3. Exclusión de otras causas conocidas para la eosinofilia, como infecciones parasitarias y ciertas enfermedades de la médula ósea/sangre.

Se necesitan pruebas para diagnosticar la HES e incluyen un recuento completo de células sanguíneas, incluido el recuento de eosinófilos, muestras de sangre para la función hepática y renal, y análisis de sangre para la vitamina B12 y la triptasa.

Dependiendo de los síntomas y los resultados de las pruebas, pueden realizarse otros estudios. Por ejemplo, la ecografía (ecocardiografía) se utiliza para observar el funcionamiento del corazón. Puede realizarse una radiografía de tórax para examinar los pulmones. Se recomienda una biopsia de médula ósea en los pacientes en los que se sospecha que tienen HES. Suele revelar un número elevado de eosinófilos y algunas otras anomalías, que sugieren una enfermedad innata de la médula ósea/sangre de los eosinófilos. Por lo tanto, la HES se clasifica como neoplasia hematológica (enfermedad de la sangre y la médula ósea) y forma parte del grupo más amplio de las Neoplasias Mieloproliferativas.

Una enfermedad estrechamente relacionada con la HES es la leucemia eosinofílica crónica (LEC). La principal diferencia, en términos sencillos, es que en la CEL todos los eosinófilos que se encuentran en la médula ósea y en la sangre son idénticos (también llamados «clonales», lo que significa que todos se originan a partir del mismo eosinófilo anormal).

La enfermedad puede ser diagnosticada y controlada por un equipo de especialistas, como un alergólogo/inmunólogo, un hematólogo y/o un cardiólogo.

Tratamiento

Los objetivos del tratamiento incluyen la disminución del número de eosinófilos en sangre, la prevención de daños en los órganos y la ralentización de la progresión de la enfermedad. Los tratamientos varían en función de los órganos afectados y de la gravedad de la enfermedad, así como de la presencia de otros problemas médicos que pueda tener el paciente. La terapia para el síndrome hipereosinofílico requiere una cuidadosa discusión con sus proveedores de atención médica con respecto a los riesgos y beneficios del tratamiento para su afectación específica de órganos relacionados con el HES.

El tratamiento del HES puede incluir glucocorticosteroides (es decir, prednisona) y medicamentos de quimioterapia como clorambucil, hidroxiurea y vincristina. También se pueden prescribir inyecciones frecuentes de interferón-alfa.

Las opciones de tratamiento mejoradas para el HES son un área de investigación en curso, incluyendo el uso de inhibidores de la tirosina quinasa (es decir, Gleevec, Dasatinib y Nilotinib) y anticuerpos monoclonales anti-interleucina-5 (IL-5) (mepolizumab y reslizumab).

Los esteroides sistémicos suelen ser necesarios para tratar el HES con afectación de órganos o con síntomas sistémicos, como una erupción grave, retención de líquidos y similares. Los esteroides son medicamentos que combaten (suprimen) muchos tipos de inflamación. No son específicos para suprimir los eosinófilos, aunque éstos son especialmente sensibles a ellos. Los esteroides sistémicos, es decir, los que se absorben en el torrente sanguíneo (por vía oral o intravenosa), son muy eficaces para tratar una serie de trastornos eosinófilos. Los esteroides son muy eficaces para controlar el número de eosinófilos en sangre y la mayoría de los pacientes con HES pueden mantenerse con medicación oral de esteroides (llamada prednisona) durante un largo periodo de tiempo con un buen control de la enfermedad. Sin embargo, los eosinófilos en sangre y los síntomas de la enfermedad suelen reaparecer una vez que se suspenden los esteroides. Lamentablemente, el uso de esteroides a largo plazo (especialmente cuando se utilizan en dosis elevadas) se ha asociado a ciertos efectos secundarios. Los efectos secundarios graves pueden incluir osteoporosis (huesos frágiles por pérdida de hueso), infecciones, insuficiencia suprarrenal (el cuerpo se vuelve incapaz de responder adecuadamente a la enfermedad o al estrés), necrosis avascular (colapso de los huesos de una articulación, normalmente la cadera) y retraso en el crecimiento. Entre los efectos secundarios más comunes se encuentran la retención de líquidos (hinchazón), el aumento del apetito, la «cara de luna» y la irritabilidad.

El interferón alfa (IFNa) se utiliza para una serie de enfermedades que incluyen infecciones (como la hepatitis) y tumores malignos (como ciertos tipos de leucemia). El IFNa ha demostrado ser eficaz en el HES al suprimir los síntomas relacionados con la enfermedad. Sin embargo, la toxicidad es un obstáculo importante para el uso de esta terapia. El IFNa suele inyectarse en el tejido graso bajo la piel de 3 a 5 veces por semana. Al iniciar la terapia, la mayoría de los pacientes experimentan síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, escalofríos, dolores musculares, de cabeza y articulares. Otros efectos secundarios del IFNa son los recuentos sanguíneos bajos y la elevación de las enzimas hepáticas, que requieren un control cuidadoso. Estos efectos secundarios suelen disminuir con el tiempo, pero otras toxicidades pueden manifestarse de diversas formas tras un tratamiento prolongado. La experiencia general con el IFNa en las neoplasias mieloproliferativas es que alrededor del 25-30% de los pacientes requieren la interrupción del tratamiento debido a los efectos secundarios. En los últimos años se han desarrollado nuevas formas de IFNa de acción prolongada (interferones pegilados), que ahora están aprobadas como terapia para la hepatitis. Estos medicamentos se administran sólo una vez a la semana y pueden, por tanto, ser mejor tolerados.

La ciclosporina es un potente medicamento que suprime el sistema inmunitario y se utiliza principalmente para prevenir el rechazo de órganos en personas que han sido sometidas a trasplantes de órganos. En algunos pacientes con HES puede haber pruebas de que las células inmunitarias tienen un papel en el apoyo a la existencia de la enfermedad (las llamadas células T) y la ciclosporina puede tener un papel como terapia en estos casos.

Los agentes antineoplásicos (quimioterapia) proporcionan un enfoque alternativo a la terapia de los casos avanzados de HES. Se trata de agentes quimioterapéuticos que pueden controlar la enfermedad. Se utilizan para tratar muchas enfermedades malignas y no son específicos para los trastornos eosinofílicos. Son medicamentos potentes que eliminan las células que crecen más rápidamente (los eosinófilos en el HES), pero pueden tener efectos secundarios perjudiciales y se reservan sólo para los casos más graves. Es esencial un control cuidadoso mientras se toman estos medicamentos. Los agentes quimioterapéuticos que se han utilizado en el HES incluyen: Hidroxiurea, Metotrexato, Etopósido, Ciclofosfamida, Vincristina y Cladribina.

Gleevec (Mesilato de Imatinib) es un inhibidor de la tirosina quinasa. Como resultado de la investigación sobre el crecimiento celular, los científicos han podido desarrollar un grupo de agentes terapéuticos conocidos como
inhibidores de la tirosina quinasa (TKI). Las tirosina quinasas son enzimas de las células con diversas funciones. Al bloquear la capacidad de funcionamiento de las tirosina quinasas, los TKI constituyen una valiosa herramienta para controlar el crecimiento de las células malignas. Hace varios años se descubrió en algunos pacientes con HES una anomalía genética que afecta a la tirosina quinasa llamada PDGFRα. En estos casos, parece que la anomalía del PDGFRα es responsable de la existencia de la enfermedad. Gleevec es un TKI que inhibe el PDGFRα y puede eliminar la enfermedad en los pacientes de HES con anomalía del PDGFRα. Las pruebas genéticas de la anomalía del PDGFRα suelen formar parte de la evaluación de la médula ósea y pueden ayudar a determinar si Gleevec es la mejor terapia inicial. No todos los pacientes con HES responderán a Gleevec, ya que alrededor del 10-20% de los pacientes pueden tener PDGFRα. En los pacientes con HES sin la anomalía del PDGFRα, se puede probar Gleevec como terapia, pero es poco probable que elimine la enfermedad; puede ayudar a controlar los signos y síntomas de la enfermedad durante un período de tiempo.

Nuevas terapias para el HES

Para los pacientes que son refractarios a las terapias convencionales, se debe considerar el uso de la terapia de anticuerpos monoclonales (medicamentos que se unen selectivamente a proteínas específicas). Actualmente se dispone de dos fármacos: el mepolizumab, que se dirige a la interleucina-5, una citoquina de la sangre reconocida como una proteína muy importante que rige el crecimiento de los eosinófilos, y el alemtuzumab, que se dirige a la proteína CD52 expresada en la superficie de los eosinófilos (cuya función aún se desconoce). Así pues, el mepolizumab, al bloquear la interleucina-5, elimina una citoquina de la sangre que proporciona la señal para el crecimiento de los eosinófilos. En cambio, el alemtuzumab, al unirse al CD52, mata al eosinófilo. El mepolizumab aún no es una terapia aprobada y actualmente está disponible en un programa de uso compasivo (http://clinicaltrials.gov) patrocinado por GlaxoSmithKline, para pacientes con HES potencialmente mortales que no responden a la terapia habitual. Alemtuzumab está actualmente aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para su uso en la leucemia linfocítica crónica de células B.

Pronóstico

El pronóstico del HES depende de los sistemas orgánicos implicados, la gravedad de la enfermedad y la respuesta al tratamiento. Los resultados pueden variar mucho de una persona a otra. No hay cura. Si la HES no se trata, la enfermedad puede ser mortal. Su médico puede responder mejor a las preguntas sobre su pronóstico específico en el HES.

Biopsia de la médula ósea en el síndrome hipereosinofílico, que muestra un marcado aumento del número de eosinófilos. Esto puede ocurrir con una serie de trastornos, incluida la infección parasitaria.

Otros recursos

Conferencia de pacientes de HES

El 23 de marzo de 2018, la APFED organizó una Conferencia de Educación de Pacientes y Desarrollo de Medicamentos de Síndromes Hipereosinofílicos en Rockville, MD. A continuación encontrará los materiales de la reunión y la grabación de la transmisión por Internet.

  • Agenda de la conferencia (PDF)
  • Bios de los ponentes (PDF)
  • Transcripciones de las discusiones del panel (PDF)
  • Ver las grabaciones de las sesiones (lista de reproducción de YouTube)

Por favor, tenga en cuenta: la grabación no incluye la presentación del Dr. Klion. Actualizaremos la grabación para incluir esta presentación tan pronto como se publique la investigación que se discutió y podamos mostrar el material. Tenga en cuenta también que las preguntas de la encuesta y las instrucciones para llamar que se incluyen en la transmisión por Internet sólo estaban operativas durante el evento en vivo ya no son accesibles.

Contenido educativo

  • Folleto sobre los síndromes hipereosinofílicos (PDF)
  • Kit educativo para pacientes de APFED HES (PDF)

Sitios web

  • Academia Americana de Alergia Asma e Inmunología
  • Cure HES, Blog de Pacientes
  • Centro de Información de Enfermedades Raras y Genéticas (GARD)
  • Genes Globales
  • Instituto Nacional de la Salud (NIH)
  • Organización Nacional de Trastornos Raros
    • Comunidad Online Eos Connections de la APFED, Inspire Network

      Síndrome hipereosinofílico

      Vídeos y seminarios web

      Lista de referencias

      • Warrell DA, Cox TM, Firth JD, Benz EJ. Oxford Textbook of Medicine. Fourth Ed. Oxford University Press. 2003
      • 2Klion AD, Bochner BS, Gleich GJ, et al, y The Hypereosinophilic Syndromes Working Group. Approaches to the treatment of hypereosinophilic syndromes: a workshop summary report. J Allergy Clin Immunol. Jun 2006;117(6):1292-302.
      • Simon HU, Rothenberg ME, Bochner BS, Weller PF, Wardlaw AJ, Wechsler ME, et al. Refining the definition of hypereosinophilic syndrome. J Allergy Clin Immunol. Jul 2010;126(1):45-9.
      • Klion A. Hypereosinophilic syndrome: current approach to diagnosis and treatment. Annu Rev Med. 2009;60:293-306.
      • Schwartz LB, Sheikh J, Singh A. Current strategies in the management of hypereosinophilic syndrome, including mepolizumab. Curr Med Res Opin. Aug 2010;26(8):1933-46.

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