Síntomas de la ELA

Lo primero que hay que entender sobre la ELA es que afecta a cada paciente de forma un poco diferente. Los primeros síntomas, la localización de los síntomas, la gravedad de los mismos y la velocidad de progresión pueden variar de un paciente a otro. Sin embargo, hay tendencias que ayudan a los médicos a identificar y diagnosticar a los pacientes con ELA.

El primer signo de ELA suele ser la debilidad muscular, que se produce cuando las neuronas motoras (que ayudan al cerebro a comunicarse con los músculos) están dañadas. La localización de esa debilidad muscular temprana depende de qué neuronas motoras se dañen primero. Al principio, la debilidad muscular puede ser muy sutil, pero no debe confundir la torpeza general con esta enfermedad relativamente rara.

En la mayoría de los pacientes (alrededor del 60% de los casos), la debilidad muscular se produce primero en brazos y piernas, lo que se conoce como ELA de «inicio en las extremidades». Las personas con ELA de inicio en las extremidades pueden tener dificultades para realizar tareas que requieran un control motor fino, como abotonarse los botones, o pueden experimentar dificultades para caminar, encontrándose con los obstáculos más pequeños, como los bordes de las alfombras, o con nada. También pueden tener dificultades para levantar y agarrar objetos.

En otros casos, el deterioro muscular se produce primero en los músculos de la garganta y la lengua, lo que dificulta el habla y la deglución. Estos músculos se conocen como «músculos bulbares», por lo que este tipo de ELA se denomina ELA de «inicio bulbar».

¿Cuáles son las etapas de la ELA?

El tipo más raro de inicio de la ELA es el de «inicio respiratorio», lo que significa que los músculos que controlan la respiración se ven afectados en primer lugar.

A medida que el debilitamiento y la parálisis se extienden a los músculos del tronco del cuerpo, al paciente le resultará más difícil hablar, tragar, masticar y respirar. Cuando los músculos de la respiración se ven afectados, el paciente acabará necesitando asistencia ventilatoria permanente para sobrevivir.

Debido a que la ELA ataca únicamente a las neuronas motoras, el sentido de la vista, el tacto, el oído, el gusto y el olfato no se ven afectados en ninguna fase de la enfermedad. Para muchas personas, los músculos de los ojos y la vejiga tampoco se verán afectados en general.

¿Qué causa la ELA?

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