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La tasa de mortalidad asociada a la fibrilación auricular ha mejorado en los últimos 45 años – pero sólo marginalmente.

Un estudio longitudinal descubrió que la fibrilación auricular reduce la esperanza de vida en dos años de media, una pequeña mejora respecto a la reducción de tres años que se esperaba en los años 70 y 80.

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  • La fibrilación auricular es un latido irregular del corazón, o arritmia, que puede conducir a complicaciones como coágulos de sangre, derrame cerebral e insuficiencia cardíaca. Más de 2 millones de estadounidenses viven con esta afección, según la Asociación Americana del Corazón.

    La detección y el tratamiento tempranos siguen siendo cruciales, según los investigadores.

    «El pronóstico de los individuos con fibrilación auricular ha mejorado con el tiempo, pero la fibrilación auricular sigue asociada a una importante brecha en la esperanza de vida en comparación con los individuos sin fibrilación auricular», dijo el autor principal Ludovic Trinquart, profesor asociado de bioestadística en la Universidad de Boston.

    Trinquart y su equipo en la Universidad de Boston y en Dinamarca basaron sus hallazgos en los datos del estudio multigeneracional Framingham Heart Study. Su estudio se publicó en línea el martes en la revista BMJ.

    Los investigadores analizaron los datos de salud de tres generaciones de participantes en Framingham desde 1972 hasta 2015, haciendo un seguimiento de la probabilidad de que las personas murieran 10 años después de un diagnóstico de fibrilación auricular. Sus expectativas de vida se compararon con las de los participantes de edad y sexo similares que no padecían la afección.

    «El Estudio del Corazón de Framingham es uno de los únicos estudios del mundo que permiten estudiar estas tendencias temporales», dijo Nicklas Vinter, médico del Hospital Regional de Silkeborg y estudiante de doctorado de la Universidad de Aarhus (Dinamarca).

    Diez años después del diagnóstico, la primera generación con fibrilación auricular, que abarca de 1972 a 1985, había vivido una media de 2,9 años menos en comparación con los participantes sin FA. Esa diferencia se redujo a 2,1 años entre 1986 y 2000, y a 2,0 años entre 2001 y 2015.

    Aunque las estrategias preventivas para las enfermedades cardíacas y la hipertensión arterial también pueden reducir la probabilidad de que una persona desarrolle fibrilación auricular, no todos los casos de fibrilación auricular pueden prevenirse. Por eso es importante la detección y el tratamiento tempranos, señalan los investigadores.

    Los cardiólogos pueden utilizar diversas pruebas para detectar la fibrilación auricular. Entre ellas se encuentran un electrocardiograma, que mide la actividad eléctrica del corazón, y un ecocardiograma, que utiliza ondas sonoras para obtener una imagen del funcionamiento del corazón.

    Una vez diagnosticada, para tratar la fibrilación auricular se pueden utilizar medicamentos como los anticoagulantes y los betabloqueantes, así como la ablación con catéter, un procedimiento utilizado para fijar las señales eléctricas que causan los latidos anormales.

    Los investigadores atribuyeron la reducción de la mortalidad observada en su estudio a las mejoras en la detección precoz, la gestión y los tratamientos, pero subrayaron que sigue siendo una enfermedad potencialmente mortal.

    «Los avances en la prevención serán esenciales para frenar la epidemia de fibrilación auricular y reducir su mortalidad asociada», añadió Trinquart.

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