La extracción de leche materna con un sacaleches puede proporcionar a las madres la leche materna necesaria para alimentar a su bebé después de volver al trabajo o al salir. Algunas madres deciden extraerse leche y alimentar al bebé sólo con la leche extraída, sin alimentarlo nunca al pecho. La leche materna puede calentarse, para que se ajuste más a la temperatura corporal natural de la madre al salir, o puede darse fría. Kids Health informa de que muchos bebés no tienen ningún problema en tomar leche fría.
Congele la leche materna si la ha congelado previamente. La leche materna puede congelarse hasta tres meses si se coloca en el fondo del congelador, señala el sitio web Family Doctor. Para descongelar, coloca el recipiente de leche congelada en un recipiente con agua tibia pero no caliente. También puedes colocarlo en el frigorífico durante 24 horas para que se descongele.
Vierte la leche materna fría y descongelada en un biberón. Si el bebé también se alimenta del pecho, puede ser útil conseguir un biberón que tenga una forma más parecida a la del pecho para evitar confundir al bebé.
Siéntese en una silla cómoda mientras sostiene a su bebé. Ofrécele el biberón con leche materna fría. Algunos bebés no tienen ningún problema en tomar leche fría, aunque puede que otros bebés no la acojan tan fácilmente.
Si el bebé rechaza la leche fría y se niega a alimentarse, prueba a pasarla por agua caliente durante un minuto para quitarle el frío. Un bebé que está acostumbrado a la leche tibia o a la temperatura corporal puede necesitar adaptarse disminuyendo gradualmente la temperatura de la leche con el tiempo.
Consejos
Algunas madres que se extraen la leche para almacenarla pueden tener un exceso de la enzima lipasa en su leche. Esta enzima hace que la grasa se descomponga en la leche, y cuando hay un exceso, puede hacer que la leche huela y sepa agria. Para remediar esta situación, se puede escaldar la leche materna calentándola a 180 grados Fahrenheit y luego enfriarla rápidamente y guardarla en un recipiente limpio.