La hipertensión es la principal causa de las enfermedades cardiovasculares, y se estima que 972 millones de personas en el mundo sufren este problema. Indudablemente, la hipertensión es un importante reto para la salud pública mundial. En los últimos años se han realizado muchos esfuerzos para idear nuevas terapias que incluyan nuevas dianas implicadas en las enfermedades cardiovasculares. El sulfuro de hidrógeno (H(2)S) es un miembro de la creciente familia de «gasotransmisores». Está claro que el H(2)S desempeña un papel fundamental en la regulación basal del tono de los vasos. También hay estudios que demuestran que el hidrosulfuro de sodio (NaHS) intravenoso, un donante de H(2)S, disminuye la presión arterial sistólica de forma dependiente de la dosis. Sin embargo, debido a su propiedad química activa, el NaHS puede oxidarse fácilmente, incluso inflamarse espontáneamente al aire libre. Además, su solución no es estable. Por tanto, el uso farmacéutico del NaHS está limitado por sus propiedades. El sulfuro de calcio (CaS), uno de los componentes eficaces de una hierba tradicional, es otro donante de H(2)S. Tiene propiedades químicas más estables que el NaHS. Nuestra hipótesis es que el CaS podría administrarse por vía oral como un nuevo fármaco antihipertensivo mediante el diseño de ciertas formas de dosificación. Para probar esta hipótesis, debemos establecer modelos animales para estudios que incluyan la eficacia del fármaco, la seguridad del fármaco, la toxicología del fármaco, el metabolismo del fármaco y la cinética del fármaco.