Santa Genoveva fue una bella y valiente campesina que nació alrededor del año 422 en Nanterre, Francia, de un hombre llamado Severo y una mujer llamada Gerontia.
El obispo visitante Germano consagró a la joven Genoveva a Dios y le regaló una medalla para que la llevara siempre al cuello, como recuerdo de la consagración que hizo de sí misma a Dios. Le ordenó que nunca llevara ningún otro brazalete, collar o joya, para evitar caer en la vanidad.
Genoveva fue designada por el obispo para velar por el bienestar de las vírgenes consagradas. Lo hizo fielmente y ayudó a conducirlas a un mayor grado de santidad a medida que se acercaban al Señor Jesús.
Genevieve tuvo una gran influencia sobre Childerico, el rey de la Galia que se apoderó de París. Durante una época en la que París sufría una gran hambruna, Genoveva viajó en barco a Troyes y trajo de vuelta varios barcos llenos de maíz. Aunque era pagano, Childeric la respetó y perdonó la vida a varios prisioneros en su nombre.
También tuvo un efecto sobre el rey Clodoveo. Cuando Atila y su ejército de hunos llegaron a París, los cristianos parisinos estaban dispuestos a huir, pero Genoveva les habló y les convenció de que debían permanecer en sus casas, ayunar y rezar al Señor. Les aseguró que tendrían la protección del Cielo. Su predicción se cumplió, ya que Atila cambió repentinamente su camino y se alejó de París.
París experimentó la prueba de la intercesión de Genoveva en muchas ocasiones. El suceso más famoso fue el milagro de Des Ardens, o la fiebre ardiente. En 1129, una violenta fiebre arrasó la ciudad y los médicos no pudieron evitar que la gente muriera. El relicario de Genoveva fue llevado en procesión a la catedral, y durante la ceremonia, los que tocaron su relicario fueron curados por el poder del Señor. En toda la ciudad, nadie más enfermó, todos los enfermos se recuperaron y sólo tres personas murieron.
Santa Genoveva es la patrona de París. Se la representa vestida con un largo vestido con un manto que le cubre los hombros y a menudo se la muestra con una barra de pan, lo que representa su generosidad hacia los necesitados. Su fiesta se celebra el 3 de enero.
-de Catholic.org