INTRODUCCIÓNLas tinciones con hematoxilina y eosina (H&E) se han utilizado durante al menos un siglo y siguen siendo esenciales para reconocer varios tipos de tejidos y los cambios morfológicos que forman la base del diagnóstico contemporáneo del cáncer. La tinción se ha mantenido sin cambios durante muchos años porque funciona bien con una variedad de fijadores y muestra una amplia gama de características citoplasmáticas, nucleares y de la matriz extracelular. La hematoxilina tiene un color azul-púrpura intenso y tiñe los ácidos nucleicos mediante una reacción compleja e incompleta. La eosina es de color rosa y tiñe las proteínas de forma inespecífica. En un tejido típico, los núcleos se tiñen de azul, mientras que el citoplasma y la matriz extracelular presentan diversos grados de tinción rosa. Las células bien fijadas muestran un detalle intranuclear considerable. Los núcleos muestran patrones de condensación de la heterocromatina (tinción de hematoxilina) que varían según el tipo de célula y el tipo de cáncer y que son muy importantes desde el punto de vista del diagnóstico. Los núcleos se tiñen con eosina. Si hay abundantes polirribosomas, el citoplasma tendrá un tinte azul claro. La zona de Golgi puede identificarse provisionalmente por la ausencia de tinción en una región próxima al núcleo. Así, la tinción revela abundante información estructural, con implicaciones funcionales específicas. Una limitación de la tinción con hematoxilina es que es incompatible con la inmunofluorescencia. Sin embargo, es útil para teñir una sección de parafina en serie de un tejido en el que se realizará la inmunofluorescencia. La hematoxilina, generalmente sin eosina, es útil como contratinción para muchos procedimientos inmunohistoquímicos o de hibridación que utilizan sustratos colorimétricos (como la fosfatasa alcalina o la peroxidasa). Este protocolo describe la tinción con H&E de secciones de tejidos y células.