Tratamiento

La rabia es una enfermedad abrumadoramente mortal, con sólo unos pocos supervivientes documentados. No existe un tratamiento curativo eficaz para la rabia una vez que han aparecido los signos clínicos.

Todos los casos de sospecha de exposición a la rabia deben ser tratados inmediatamente para evitar la aparición de los síntomas clínicos y la muerte. La profilaxis postexposición (PEP) consiste en el tratamiento de las heridas, la administración de vacunas antirrábicas basadas en las recomendaciones de la OMS y, si está indicado, la administración de inmunoglobulina antirrábica (véase la tabla siguiente).

La OMS recomienda encarecidamente que se interrumpa la producción y el uso de vacunas de tejido nervioso y se sustituyan por vacunas modernas de cultivo celular. Se recomienda la vacunación intradérmica como alternativa a la intramuscular, ya que es segura, inmunógena y ahorra dosis y costes.

No hay contraindicaciones para la PEP; puede administrarse con seguridad a bebés, mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas. A estas personas no se les debe negar la PEP, que puede salvarles la vida.

En la medida de lo posible, los animales que se ajusten a la definición de caso sospechoso o probable de rabia deben ser sacrificados humanamente y enviados para su diagnóstico en el laboratorio. Los animales que sean considerados sanos por un profesional capacitado, deben ser observados de cerca durante 10 días. Sin embargo, en las zonas endémicas de rabia, la disponibilidad del animal para su observación no debe retrasar a la víctima en la búsqueda de la PPE.

La administración inmediata de la vacuna antirrábica tras la exposición, combinada con el tratamiento adecuado de las heridas y la administración de inmunoglobulinas antirrábicas cuando esté indicado, es casi siempre eficaz para prevenir la rabia, incluso tras una exposición de alto riesgo.

Profilaxis recomendada tras laexposición para la infección por rabia

Categoría de exposición a un animal sospechoso de rabia Medidas postmedidas de exposición
Categoría I – tocar o alimentar a los animales, lamidas en la piel intacta (i.e. sin exposición) Ninguna
Categoría II – mordiscos en piel descubierta, arañazos o abrasiones menores sin sangrado Vacunación inmediata y tratamiento local de la herida
Categoría III – mordiscos o arañazos transdérmicos únicos o múltiples, lametones en piel rota; contaminación de la mucosa con saliva de los lametones, exposiciones a murciélagos. Vacunación inmediata y administración de inmunoglobulina antirrábica; tratamiento local de la herida

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