¿Cómo se colocan los tubos en el oído?
La cirugía de los tubos en el oído (miringotomía) suele realizarse mientras el paciente está bajo anestesia general (dormido). También puede realizarse en adultos con anestesia local (el paciente permanece despierto).
Durante la cirugía:
- El cirujano realiza una pequeña incisión (corte) en el tímpano. La incisión puede hacerse con un bisturí o con un láser.
- El líquido que está atrapado en el oído medio se drena o se succiona.
- El médico introduce entonces el tubo en la incisión del tímpano para permitir que el líquido drene fuera del oído.
En algunos casos, el cirujano también puede extirpar las adenoides (glándulas que se encuentran por encima del techo de la boca y detrás de la nariz). Las adenoides forman parte del sistema inmunitario y ayudan a proteger el cuerpo de los virus y las bacterias. La extirpación de las adenoides puede evitar la necesidad de futuras cirugías de tubos auditivos.
La cirugía de tubos auditivos se realiza en el hospital o en la consulta del médico. Suele durar menos de 15 minutos y el paciente se va a casa el mismo día (cirugía ambulatoria).
¿Qué ocurre después de la cirugía de tubos en el oído?
El paciente pasará algún tiempo en la sala de recuperación después de la cirugía de tubos en el oído. Es posible que tenga algunos efectos secundarios de la cirugía y la anestesia, como aturdimiento y náuseas.
El paciente volverá a ver al médico después de la cirugía para asegurarse de que el tubo permanece en el tímpano y funciona correctamente. El cirujano puede recetar gotas antibióticas para prevenir la infección en el oído. Además, el cirujano puede recomendar que el niño lleve tapones para los oídos durante ciertas actividades, como la natación y la ducha.
El tímpano suele cerrarse alrededor del tubo auditivo para mantenerlo en su sitio y evitar que se caiga antes. Los tubos auditivos suelen caerse entre los nueve y los 18 meses. Si los tubos no se caen en dos años, es posible que el cirujano tenga que retirarlos.
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