Has visto las bolsas negras que se utilizan para almacenar y desechar la basura. También habrás visto las bolsas verdes que dicen ser biodegradables. Pero imagina una bolsa de basura hecha de papel y harina multiuso (maida)… ecológica, hecha de papel de periódico reciclado y biodegradable.
Puede sonar demasiado bueno para ser verdad, pero gracias a una empresa de Bengaluru, greenBUG, estas bolsas de basura ecológicas son una alternativa real a las convencionales de plástico.
La empresa, de tres años de antigüedad, suministra estas bolsas de basura a unos 15 puntos de venta en Bengaluru, sin incluir su servicio de entrega online. Además de ser respetuosos con el medio ambiente, los productos son fabricados por mujeres de bajos ingresos, lo que les proporciona unos ingresos complementarios.
Cómo empezó
Todo comenzó cuando Arun Balachandran (44 años), un consultor de gestión, decidió buscar una opción ecológica para las bolsas de basura que utilizaba en su casa. Al no encontrar una alternativa satisfactoria al plástico, decidió fabricar una él mismo.
No sabía que lo que empezó como un proyecto casero se convertiría en una empresa social dirigida por Arun, y su mujer, Jyoti (43).
No fue fácil, sin embargo. Tuvieron que hacer varios intentos para crear bolsas resistentes que pudieran manejar los residuos de la cocina. Y cuando lo consiguieron, los comentarios que recibieron de sus familiares y amigos les impulsaron a convertirlo en un negocio.
Un amigo también les sugirió que debían buscar la participación de mujeres vulnerables del mandal de Madanapalle, en Andhra Pradesh, y convertirlo en una empresa social. Esto supuso otro reto para la pareja: idear un proceso de fabricación sencillo que estas mujeres encontraran fácil de seguir.
Trabajar con mujeres económicamente atrasadas
Los intentos de Arun y Jyoti de trabajar con las mujeres de un pueblo de Madanapalle, sin embargo, estuvieron plagados de obstáculos.
Para empezar, se dieron cuenta de que los hombres de la comunidad no estaban de acuerdo con la idea de que las mujeres trabajaran. «Los hombres no querían ayudar a las mujeres a transportar las bolsas hasta el punto de recogida en el pueblo, y los costes adicionales de transporte hacían que el proyecto fuera insostenible», dice Arun.
Arun y Jyoti decidieron entonces acercarse a las mujeres de Bengaluru a través de una ONG. Se pusieron en contacto con la Asociación para la Promoción de la Acción Social (APSA), que trabaja por el desarrollo comunitario. La APSA pareció entusiasmada con la idea y puso a la pareja en contacto con mujeres de bajos ingresos de diferentes partes de la ciudad.
Hasta ahora, greenBUG ha formado a unas 100 mujeres en zonas como Jayanagar, Koramangala, Doddakannelli y Kanakapura. El proceso parece bastante sencillo: las mujeres sólo necesitan papel de periódico, maida y una plantilla para hacer los pliegues de las bolsas, y los cordones para atarlas son de yute. La maida se utiliza en lugar del pegamento tradicional para mantener la bolsa unida. «Nos oponemos rotundamente a cosas como el fevicol, porque queremos que los productos sean 100% biodegradables», explica Arun.
El modelo de trabajo
Después de cada formación, se pide a las mujeres que hagan unas cuantas bolsas, y en las sesiones posteriores se rectifican los errores y se les da feedback.
Arun también añadió que greenBUG no impone objetivos de producción a las trabajadoras, ni las penaliza por una baja producción.
«Nuestro programa está diseñado para dar cabida a mujeres que tienen muchas otras obligaciones y pueden no tener un control total sobre su tiempo. Sus otras opciones de ingresos suelen ser de explotación. Cuando empezamos sabíamos que no queríamos trabajar así. Intentamos darles un salario justo», añade.