La primera mandataria argentina elegida, Cristina Fernández de Kirchner, está siendo juzgada por cargos de corrupción que se remontan a sus dos mandatos.
La señora Fernández asumió la presidencia en 2007, sucediendo a su difunto marido Néstor Kirchner.
Luego fue reelegida en octubre de 2011 con una victoria aplastante, y siguió gobernando hasta 2015.
A pesar de las reiteradas acusaciones de corrupción, sigue siendo popular, sobre todo entre las familias de bajos ingresos, que son las más afectadas por las políticas de austeridad del actual presidente Mauricio Macri.
Ha negado cualquier delito.
El 18 de mayo, Fernández anunció que se presentaba de nuevo a las elecciones nacionales del 27 de octubre. Sin embargo, esta vez se presenta como vicepresidenta.
Duelo de esposas’
Cristina, como la llaman la mayoría de los argentinos, nació el 19 de febrero de 1953 en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, donde estudió Derecho.
Se casó con Néstor Kirchner, a quien conoció en la universidad, en 1975. Un año después la pareja se fue a vivir a la región natal de él, la sureña provincia de Santa Cruz.
A finales de la década de 1980, ella emprendió su carrera política, primero como diputada provincial y luego nacional. Mientras tanto, su marido ascendía en las filas del movimiento político peronista.
En 1991, Kirchner fue elegido gobernador de Santa Cruz. Ganó dos mandatos más, mientras que la señora Fernández lo apoyó como diputada.
Cuando el Sr. Kirchner asumió la presidencia en 2003 -en medio de una de las peores crisis económicas y sociales del país- surgió un patrón similar.
Para entonces Cristina Fernández era una senadora con peso político propio en el Congreso, donde apoyó activamente las políticas de su marido que incluían el impulso del gasto social.
La señora Fernández cimentó su posición política en las elecciones al Congreso de 2005.
Con el 46% de los votos, ganó en la provincia de Buenos Aires al imponerse a su principal rival Hilda González, la esposa del ex presidente Eduardo Duhalde (2002-2003).
Durante el gobierno de Kirchner no hubo casi ninguna decisión en la que ella no tuviera voz, su influencia superaba la de un legislador común.
También fue la primera senadora en tener un despacho dentro del palacio presidencial, lo que provocó las críticas de la oposición. El partido gobernante insistió en que el despacho era pequeño y que le correspondía por su condición de primera dama.
Continuidad
Ocupando el palacio presidencial, la Casa Rosada, por derecho propio, la ex presidenta Fernández continuó ampliamente las políticas de su marido.
Hubo más movimientos para abordar los abusos de los derechos humanos del pasado. Argentina también se convirtió en el primer país de América Latina en legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Bajo su mandato, Argentina reanudó los contactos con el Fondo Monetario Internacional después de años de hostilidad y reanudó las negociaciones sobre el pago de las deudas de Argentina con el Club de París de países prestamistas.
Cristina Fernández ha sido comparada en el pasado con Eva Perón, la legendaria primera dama argentina que formó una formidable pareja de gobierno con su marido Juan Domingo Perón a finales de los años 40 y principios de los 50.
Pero Evita nunca fue elegida. Cristina Fernández, por el contrario, fue la primera mujer presidenta electa del país.
«Tengo el honor de ser la primera mujer reelegida en el país. Qué más puedo pedir», dijo Fernández a sus partidarios tras su victoria el 23 de octubre de 2011.
En octubre de 2013 -dos años después de su elección y tres años después de la muerte de su marido- se vio obligada a tomarse un mes de baja por su propia enfermedad, tras ser diagnosticada con una hemorragia cerebral.
Sin embargo, se recuperó de la intervención quirúrgica y continuó otros dos años como presidenta.
En 2015 fue derrotada por Mauricio Macri, que entonces era el alcalde de centro derecha de Buenos Aires. Desde su toma de posesión en diciembre de ese año, la señora Fernández ha sido una fuerte crítica de sus políticas de austeridad, al tiempo que ha luchado contra las repetidas acusaciones de corrupción relacionadas con sus dos mandatos.
Cuatro años después, en abril de 2019, publicó su autobiografía Sinceramente. En ese libro, abordó las acusaciones hechas en su contra.
«Lo han hecho antes y siguen haciendo todo lo posible para destruirme», escribió. «Creen que terminarán por derribarme: está claro que no me conocen».